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Quién crea que para tocar klezmer, la música de los judíos de Europa oriental, necesita un clarinete y una melodía melancólica en yidish, todavía no ha escuchado a la banda de Estrasburgo Zakarya. Yves Weyh, el acordeonista de la banda, habla durante un concierto en San Petersburgo sobre la gran capacidad imaginativa del público, bandas sonoras de películas imaginarias y klezmer vanguardista
La gran sala de conciertos del Music Hall de San Petersburgo recuerda más bien a un cine polvoriento de tiempos soviéticos, que a un lugar donde actúan las estrellas de la escena internacional de la música. De las butacas plegables color melocotón se desprende olor a humedad, la luz de la sala parpadea cada dos minutos incontroladamente y los espectadores empiezan, al poco tiempo, a impacientarse en sus asientos. Parece que alguien ha olvidado encender la calefacción. Aun así, todos aguantan valerosamente, ya que no todos los días se desplaza hasta la metrópolis más septentrional de Rusia una banda klezmer francesa. Zakarya ha sido invitada a la ciudad del Neva, en el marco del Festival de Estrasburgo Les Nuits européenes, ya que ambas ciudades mantienen una colaboración para su celebración desde hace varios años. Así, los cuatro componentes del grupo, se suben al escenario sobre el que cuelga una sobredimensionada bandera francesa.
Durante la siguiente hora y media sonidos extraños sacan, sorprendentemente, a la sala oscura de su hibernación. Ritmos alejados de la música popular de la Europa oriental, pero con melodías que nos recuerdan a esa música. Melodías que se mezclan con un conjunto de sonidos experimentales y música rock combinada con virtuosos solos de acordeón y rápidas líneas de bajos. Alguno hojea el programa con gesto extrañado. ¿Y esto es klezmer? Y es que Zakarya tiene más sorpresas preparadas. Los discos de la banda son producidos por la discográfica de Nueva York Tzadik, del prestigioso músico vanguardista John Zorn. El grupo pertenece a la sección del sello bautizada por Zorn como Radical Jewish Culture (Cultura Judía Radical) y detrás de ello se esconden sorpresas inesperadas. Yves Wyh, el cerebro musical de la banda, se deja inspirar por estilos de música muy distintos entre ellos: “No me gusta demasiado el concepto ‘música experimental’ pero, sin embargo, reconozco que en Zakarya hay un poco de ello. Y también, claro está, de John Cage. Un poco de rock y de las melodías y ritmos procedentes de la cultura klezmer. Lo que hacemos es música judía experimental y vanguardista”.
Zakarya in Aktion: “Polka” | ©pietsnotter/Youtube
Detrás del nombre Zakarya, que despierta asociaciones bíblicas, ¿se intenta señalar la influencia judía en vuestra música? Yves no quiere comprometerse, ya que el nombre fue producto de una casualidad: “Teníamos que tocar en un concierto y por entonces todavía no teníamos nombre. El organizador me preguntó por teléfono cómo nos llamábamos, y respondí, al azar, Zakarya”. Con el tiempo, el nombre resultó ser perfecto, ya que se quedaba fácilmente en la memoria de los oyentes.
Y es que para Zakarya el público es muy importante: “En ocasiones, después de algún concierto viene alguien y me comenta las imágenes que han pasado por su cabeza durante la actuación. Normalmente no coincide con mis asociaciones, pero tampoco tiene que ser así. No tenemos intención de transmitir historias determinadas con nuestra música”. En el público, cada uno piensa su pequeña historia y se dejar llevar por la imaginación.
De películas imaginarias e historias fantásticas
Cuando Yves Weyh habla de música, también habla de películas. ¿Puede ser que el parecido de la sala a un cine no sea una casualidad? El último disco de la banda The True Story Concerning Martin Behaim, que explica la historia de este geógrafo alemán al que se le atribuye la invención del globo terráqueo, es en realidad, la banda sonora de una película “imaginaria”. “Quería componer la música para una película sobre Martin Behaim, aunque el filme no existiera. No sé de dónde salió la idea, no puedo explicarlo de manera puramente analítica”. Aun así, no es la primera vez que se atreve con otras formas artísticas, pues compuso la banda sonora para la película mudaGarras Humanas de Tod Browning (1920) y también ha colaborado en varios proyectos que unen la poesía con la música. ¿De dónde viene esa afinidad con el cine? “Mucha gente nos dice que nuestra música les narra historias. Cuando nos escuchan ven todo tipo de imágenes. El interés procede quizás de esa reproducción visual del público”.
Las composiciones que los músicos de Zakarya presentan en San Petersburgo, tienen títulos tan expresivos como Manual Labour, Polka o The Hole. La satisfacción de los cuatro componentes mientras tocan es evidente. Ahora salta el bajista animadamente, o se balancea suavemente siguiendo su línea de bajos. El guitarrista toca su solo absorto, equaliza con la mesa de mezclas y parece que no se de cuenta de la presencia del acordeonista, que tiene una sonrisa de oreja a oreja. Finalmente, el batería desembala un montón de juguetes y alegra al público con una aportación teatral en la que parece que los nuevos ritmos creados con los juguetes se produzcan de forma natural. Pero, si una canción, como From Pinsk to Minsk no termina con una nota tónica final, los oyentes entran en acción y la tararean de manera clara. A Yves y a sus compañeros eso les entusiasma muchísimo: “Si pudiéramos volver y dar más conciertos, lo haríamos sin pensarlo”.
©http://www.lesnuits.eu/El Festival Les Nuits européennes, en el que actúan Gianmaria Testa, Melissa Laveaux y la banda rusa La Minor, entre otros, se celebra del 9 al 17 de octubre en Estrasburgo.